PEDRO MENDIZÁBAL
_por Facundo Cabral
Mis amigos psicoanalistas se burlaban de mí por mi complejo de Edipo, hasta que conocian a mi madre, y cuando conocian a mi madre comenzaba algo que ni el mismisimo Freud hubiese podido explicar, es decir, mis amigos comenzaban a tener complejo de Edipo con mi madre y no con la madre de ellos.
Vos que caminas tanto, me dijo un día, un día te vas a encontrar con tu padre... no cometas el error de juzgarlo, recuerda el libro sagrado 'Honrarás al padre y la madre'...Segundo: ese hombre que que vás a tener delante es el hombre que más amo, ama y amara a tu madre, entonces dale un abrazo y las gracias porque por él estás aqui'...
Cuando yo tenía 46 años, salgo de cantar en un teatro de Mar del Plata (costa argentina) y está mi padre, lo conocí enseguida porque era igual a la foto que siempre tenía mi madre pero con el pelo blanco y recordé las palabras de mi madre y nos dimos un abrazo y fuimos amigos ...y sentí la liviandad más grande que había sentido en mi vida, es maravillosos vivir sin enemigos y sin rencores, ama, ni que sea solo para jugar...
CuandoDios la llamó, mi madre le dijo: Solo voy si mis amigos vienen conmigo...porque a ella le gustaba compartir lo mejor...Y Dios, como siempre, la escuchó, porque una semana antes murió, doña Sacramento, su mejor amiga, y una semana después don Pedro Mendizábal, su mejor amigo, que si pudiera estar aqui esta noche le diria...
Yo soy Pedro Mendizábal
pa' lo que guste mandar,
pa' lo que guste mandar
de lo que ve por acá
casi todo lo hice yo,
desde la mesa del peón
al techo del capataz.
Hice el cajón de mi padre
y la cuna de mi hijo,
y la cuna de mi hijo
alambré el campo de rizo
pinté la casa de Elena,
y ayudo a limpiar la escuela
desde el año 35.
Aprendí lo suficiente
pa' tener lo necesario,
el pan, el vino, el amor:
y la milonga que canto.
Hice el rancho donde siempre faltaba algo o alguien.
La cama donde mi madre se murió sin una queja
a pesar de la pobreza que ya traía en la sangre.
Aunque siempre he dudado del cura y sus promesas
le hice nueva la iglesia donde el pobre sueña el cielo
pa'que pueda el estanciero señorear sobre la tierra.
Hasta organicé la huelga que no trajo solución
y que me dejó en prisión un tiempo bastante largo
pero de ese trago amargo... no bebe mi corazón.
Hice el muro de cemento
que paró a la inundación,
que paró a la inundación
y el banco de la estación
donde mi mujer se sienta,
a esperar todas las siestas
al hijo que no volvió.
En el final de mi vida
tengo la cuenta muy clara
pa'los otros hice todo
pero para mí...
pero para mí:
no hice nada.
Pedro Mendizábal
Facundo Cabral
Antología 2
Faixa 05
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Buenos Aires
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Agosto de 2004