quinta-feira, 22 de setembro de 2011




ALFREDO ZITARROSA


Baseado na Biografia Definitiva de Alfredo Zitarrosa
Cantares del Alma
escrita por Guillermo Pellegrino



Se inició en las lides artísticas en 1954, como locutor de radio, incursionando como presentador y animador, libretista e informativista, e incluso, como actor de teatro. Fue también escritor, poeta y periodista, destacándose, en esta última actividad, su labor en el semanario Marcha.

Encontrándose en Perú, forzado por las circunstancias y un poco fortuitamente, debutó profesionalmente como cantor en 1964, exactamente el día 20 de febrero, en un programa que se emitía por el Canal 13, Panamericana de Televisión, comenzando así una carrera que nunca se interrumpiría.

Zitarrosa relata así su experiencia: "No tenía ni un peso, pero sí muchos amigos. Uno de ellos, César Durand, regenteaba una agencia de publicidad y por sorpresa me incluyó en un programa de TV, y me obligó a cantar. Canté dos temas y cobré 50 dólares. Fue una sorpresa para mí, que me permitió reunir algunos pesos…"

Dos Césares, Durand y Calvo (ambos peruanos), fueron quizá, las dos personas con que Zitarrosa tuvo más afinidad en esos tiempos de Lima. Calvo, inclusive, lo visitó años más tarde en Montevideo. A Durand, en cambio, nunca más lo volvió a ver.

"Cesar Durand era un hombre magnífico. Tenía una enfermedad congénita, y sabía que le quedaba muy poco tiempo de vida. Sin embargo, él había asumido su muerte próxima como sólo un ser excepcional la puede asumir. Recuerdo que su esposa se llamaba Luz y que tenían cuatro hijos. El más pequeño, Christian, tenía algo más de un año y era una hermosa criatura de pelo muy rubio.

Poco supe de los Durand hasta que, en noviembre del año 1975, volví a tener notícias mientras estaba en Córdoba adonde había llegado a dar un recital en el Estádio Centro. Yo estaba en el hotel y, en un momento, me anunciaron que había un grupo de jóvenes que me había venido a visitar. Eran seis o siete muchachos entre los que se destacaba uno de pelo muy rubio, ojos azules y tez bien morena. Tendría 14 o 15 años y recuerdo claramente que tenía unos zapatos muy grandes sin cordones. '¿Tú no te acuerdas de mí?', me preguntó él muy sonriente. Sin esperar mi respuesta, que por supuesto era negativa, él se encargó de contestar: 'Yo soy Christian Durand, el hijo de César.' Era imposible que yo lo reconociese, la última vez que lo había visto tenía poco más de un año.

Fue una situación muy emotiva, lo miré fijo y nos imos un gran abrazo...Conversamos un rato y me enteré de que Luz, su madre, al poco tiempo de morir César, enloqueció por completo y se dedicó a viajar por el mundo...Christian era prácticamente un huérfano que estaba estudiando en Córdoba. Después de ese recital de Córdoba, volví a Montevideo y a los dos meses recebí una carta con un remitente que decía: 'Los amigos de Christian'. En la carta me comentaban, escuetamente, que Christian había muerto...Nunca supe cómo, cuándo, ni de qué murió. Probablemente de la misma enfermedad que su padre. Supe sí, con el tiempo, que lo enterraron junto a su padre en Lima...Ellos, sus amigos, querían que yo le hiciera una canción."


NINO CHRISTIAN

Hoy por primera vez te escribo
y sé que no escribirás
un niño como tú no escribe
si no está en el Perú.

Un niño como tú
pequeño y raro niño Christián
tu madre loca luz
tu padre ardiente y frágil varón.

Cabían en un cajón de pino
en tu cuarto de pensión
pero no eran así las cosas
cuando te conocí.

Tu pelo de aserrín
tus ojos donde el tiempo se hundió
no están en mi canción ni tú
volverás nunca al Perú.

Zapatos sin cordón tan solos
como estuvo tu amor
la vida te ayudó a morir
mimando tu soledad.

En Córdoba no están
tus párpados no pueden estar
un niño como tú no duerme
si no está en el Perú.

Tu madre loca luz
tu padre ardiente y frágil varón,
allá en su hondo temor
de ser menos que un niño te amó.

Y fue fuego mayor
ardiendo como un hijo del Sol
y no sólo te amaba,
amaba su color en tu piel.

Y hoy que te recogió
yo sé bien a donde te llevó
tu cuerpo lo sabía
un día volverías con él.

Y dile a tu papá que yo
soy poco y nada también
que quisiera el amor vivir
en aquel mundo mejor.

Dile que esta canción los ama
más que nunca a los dos.
                       Alfredo Zitarrosa 


Niño Christian y Dulce Juanita, son dos de los tema más conocidos de Alfredo Zitarrosa que, por la tremenda emoción que le provocaban, jamás pudo interpretar frente al público.

"Son esas canciones que están ahí y que no las canto...No las podría cantar porque lloraría si lo hiciera. Y no se puede cantar llorando."

La canción Niño Christian fue editada por primera vez en 1979, en México. Fue el cuarto tema del lado B de un álbun que se llamó Milonga de ojos dorados.

Carlota Durand, hija de César, hace un recuerdo de quien fue Christian, la fuente inspiradora de esta canción:

"Christian era un chico raro con un coeficiente intelectual altísimo. Le costaba encontrar gente que estuviese a tono con su sintonía. Se aburría mucho en el colegio y con los chico de su edad. Era muy especial. Recuerdo que mi padre siempre decía: 'Este chico no tiene término medio, o va a ser un Einstein o va a ser un gángster.' Era muy inquieto. Parece que esa vez en Córdoba se identificó mucho con Alfredo, todos los días iba a verlo al hotel. Al poco tiempo murió, fue una muerte muy oscura. Nunca supimos bien qué fue lo qué pasó..."


No AMERICAS
NINO CHRISTIAN
por ALFREDO ZITARROSA