domingo, 10 de novembro de 2013



FACUNDO CABRAL:
CRUZANDO POR LA VIDA
EN EL TREN DE LA MUERTE






Este es un viaje personal que cruza, por lo general, por un homenaje al ciruja, porque gracias a uno de ellos salí a caminar mi país al costado de la vía con la misma convicción e independencia de Juan el Bautista, el que predicara al costado del Jordán.

Unos años después, excitado por Whitman, salí al mundo. El mundo de los que, como Diógenes, eligieron su vida. Pude hacer mi propio viaje porque escapé del rebaño de los que trabajan en lo que no aman para poder consumir lo que no crean.

La manada que siempre pide la cruz para los iluminados como Jesús.

Cansado de las sectas, es decir, de los ricos que se juntan en corporaciones, de los obreros que se juntan en sindicatos, de los deportistas que se juntan en los clubes, de las clases que se juntan en países que dividen aún más a los hombre, inventé este tren para el individuo del que nace todo, desde la imprenta y la teoría de la relatividad a la consagración de la primavera y la maja desnuda.

Cada cual que es cada uno, sin paternalismos hipócritas, iniciaremos un viaje que no se interrumpirá mientras sigamos comprendiendo, como Krishnamurti que la revolución fundamental es revolucionarse.





FERROCABRAL
FACUNDO CABRAL
1983


PARTIDA

Prepárense, que vamos a partir.
Este es el tren de la muerte que cruza por la vida.
Vamos a escapar de la nostalgia que nos condena al pasado.
Basta de parientes que nos extorsionan con enfermedades.
¿Qué nos importa el viejo que fuma y fuma 
y fuma sentado en el umbral?
¿Qué nos importa Malena que llora como ninguna?

¡ Chao a la casita de los viejos ¡ ,
a la esquina donde se pudren los mejores frutos de la vida.

Vamos a despertar la canción del presente 
para no perder el tren de la eternidad.

Este es el viaje más terrible y maravilloso, 
el más delicioso, el más absurdo, el más alucinante.

¡Adelante!, pueden subir todos.
Sólo es necesario que hayan nacido.

No importa dónde:
en los barrios caros
 o en los barrios bajos.

Hijos de generales o degenerados.
Explotadores, explotados, dirigentes, 
dirigidos, presidentes, presididos o presidiarios.

Este es el viaje más extraordinario;
vean qué espectáculo:
a la izquierda los revolucionarios, 
a la derecha los reaccionarios 
en el medio los hombres, 
los que deciden su propia vida, 
es decir, tres o cuatro. 

Enciendan el fuego 
que comenzó la fiesta, 
traigan el vino 
y los tambores.

Desaten a la alegría, 
liberen a la pasión. 

Canten y bailen 
con furia quijotesca, 
con la misma convicción 
del Bautista o de Moisés.

Hagan las cosas sólo por amor, porque el que trabaja en lo que no ama, aunque lo haga todo el día es un desocupado.Hagan el amor a las mujeres en los ómnibus y en la playas, a las buenas y a las malas, por la buenas y por las malas.Y en solo 9 meses nacerán hijos locos, benditamente locos y por locos tan libres y por libres tan bellos que harán un paraíso de este maldito infierno, donde las banderas se pudren patrióticamente y las madres alimentan a sus hijos para la guerra.

Yo los conozco; hace mucho tiempo que andamos a la deriva en el mar del tiempo. No sé si se acuerdan de mí. Yo soy Facundo Cabral y ahí no termina la cosa. Yo soy el hijo de Sara y con eso es suficiente.

Soy el orgullo de mi abuela que es la vergüenza de mi familia.

Por mi abuela comencé a leer la Biblia a la altura de la Magdalena. Solía decir: "decirle que no a una propuesta de amor es decirle que no al mismísimo Dios de los Cielos que es el mismísimo amor y yo soy una mujer creyente y respetuosa del Señor." Mi abuela pensaba que hacer el amor alargaba la vida. Por eso le llamaba la atención que Borges haya vivido tantos años (por lo menos escribió, hay gente que ni eso).

Soy la peor parte de Isabel que es mi mejor parte.Ella no puede vivir sin mí y yo la comprendo porque yo tampoco puedo vivir sin mí. Soy el cantor de un pueblo que no me pertenece. En mi caso si se calla el cantor no pasa nada. Es decir, que estoy gozando de los serenos privilegios del anonimato.

Y a mi edad con derecho a los incoloros privilegios del escepticismo. A pensar como pensaba Mark Twain en su madurez que decía: "A mi edad cuando me presentan a alguien ya no me importa si es bueno, malo, rico, pobre, negro, blanco, judío, musulmán o cristiano. Me basta y me sobra con que sea un ser humano... peor cosa no podría ser".

Soy moderadamente argentino y exageradamente Cabral. Algo así como un sargento underground. Y por mi parte sargento hay gente que me odia: "Mirá por salvar a ese que salvó cuantos vinieron detrás".

Estoy asombrado de ser parte del asombroso universo y orgulloso del hambre que me mantiene despierto. Soy inventor de mí mismo, porque esa es la tarea que me ha encomendado el Señor. El Señor o el diablo, porque son la misma cosa. El diablo es un seudónimo que tiene el Señor para cuando tiene que crear alguna cosa de dudosa moral para no quemar su buen nombre, utiliza el seudónimo.

Soy repetidor de Whitman: " me canto y me celebro, me celebro y me canto. Y si me canto y me celebro, te celebro y te canto, porque cada átomo que me pertenece, te pertenece, porque cada átomo que te pertenece, me pertenece, porque tú y yo somos la misma cosa", decía el viejo Whitman.

Y me acuerdo porque la primera condición que debe tener un cantor es buena memoria. Que Tagore decía que cuando el hombre trabaja Dios lo respeta, pero cuando el hombre canta Dios... lo ama.

El pobre que anda sin copla 
por esta vida prestada, 
más que pobre es un fantasma 
y más que un fantasma 
es nada.


...


Vamos cruzando por la vida 
en el tren de la muerte, 
viendo como el progreso 
acaba con la gente.


Cuando el tiempo de los claveles regreso contento donde María cultiva el arte mayor de las hogueras, es decir, Andalucía. Alguna vez nos presentaron a una condesa por ahí, a aquel dilecto amigo que fue Jorge Cafrune y a mí. El turco la miraba a la condesa, la condesa lo miraba al turco. Estaba tan asombrado el uno como el otro.--¿Qué será eso?

El señor que nos la presentó dijo:

"Es una gran mujer, acaba de donar un terreno de su familia para que el municipio de Sevilla haga un parque público. Y el turco le dijo sin dejar de mirarla:

--"¿donó o devolvió?".

Me detengo en México donde siempre hay algo para celebrar:

"Nos vamos a echar unos tragos, 
pero sin exagerar... 
sólo hasta caernos.

Porque no es de caballeros 
andar bebiendo en el suelo."

"Si el vino te hace mal 
para el trabajo, 
pues deja el trabajo."

"Pues fíjate si será malo el trabajo 
que deben pagarte para que lo hagas."

"Yo nunca le pude decir a mi mujer 
que era una imbécil porque 
no me hubiese entendido."

"Y Dios creó a la mujer 
y ella le dijo: mi Señor, 
si María concibió sin pecar, 
¿no podría yo pecar
 sin concebir?"

"El diablo sabe por diablo, 
pero más sabe por Freud".

Me detengo en San Francisco donde siempre hay algo para oír, por lo menos cuando Krishnamurti anda cerca. Ese que bien sabe que la revolución fundamental es revolucionarse. Me detengo en Creta donde siempre hay algo para amar. Me detengo en Jerusalén donde siempre hay algo que aprender, incluso no acabar con Beiruth.

Levanto la voz en Italia y hago silencio en la India. Porque soy y vivo en el presente, porque estoy hecho de sueños y de flores, de vacío, de vino y de trigo me llaman el Hombre. Es cierto que soy polvo pero polvo sagrado yo, aunque Tú sabes mi Señor que cuando digo "yo soy" estoy diciendo "Tú eres", invicto, innombrable.

Altísimo Señor no te preocupes por el pan nuestro de cada día que eso es cosa nuestra, para eso somos hombres. Pero no nos dejes sin el sueño de cada noche porque sin él nada somos nosotros que tal vez sólo seamos un sueño que Tú sueñas.

Amado Señor:

Padre Nuestro que estás en el surco, sacrificados seres nosotros, así en la Tierra como en el agua, el pan nuestro de cada día ablándanos hoy y perdona nuestras deudas así como nosotros, no sé por qué, perdonamos a nuestros deudores y déjanos caer en la tentación de terminar con todos ellos. Mas líbranos de Camps, Amén.

En el nombre del fraude, del fisco y los Esclavos Unidos, Okey !

[canto]

Perdóname, Señor, 
pero a veces me canso, 
de ser un ciudadano.

Me cansa la ciudad, las oficinas, 
me cansa la familia 
y la economía.

La familia, mi Señor, 
ese vía crucis de parientes, 
esa miseria en cooperativa.

Madre hay una sola, Señor ... 
y justo vino a tocarme una a mí ¡¡¿?!!

[canto]

Perdóname, Señor, 
estoy harto de este infierno, 
este mercado mediocre, 
donde todos tienen precio.

Perdóname, Señor, 
pero yo me iré contigo, 
por tus montañas, tus mares 
y tus ríos.

Perdóname, Señor, 
pero a veces pienso 
que tienes para mí 
algo mejor que esto.

Perdóname, Señor, 
no quiero ser un ciudadano, 
yo quiero ser un hombre, 
como me has creado.



ESTACIÓN DE LA IGNORANCIA


Llegamos a la ignorancia, esta es la estación de los que quieren vivir tranquilos, sin problemas, aquí la vida es fácil. Nadie espera nada de nadie o todos esperan todo de cualquiera. Es decir, los políticos deciden cuanto debes ganar y los militares cuanto debes perder. Los curas cuanto debes aguantar y los sindicalistas cuando debes parar.

Pasamos por la city donde el dólar sube y el hombre baja.

Uno más uno son dos, así empezó esta cuestión. En una sociedad onde la cifra ha superado a la frase, se podría decir para demostrar esto, para demostrar que vivimos entre números, podríamos decir, por ejemplo:

Un minuto de silencio, 
un segundo de descuido... 
un hijo.

Un toro, 
un marido en vacaciones.

Dos bellos amores,
tres grandes negocios, 
cuatro whiskys, un accidente, 
una cura, dos monjas, tres curas, 
cuatro puntos cardenales.

Cinco habitaciones, 
seis hermanas, 
siete pecados capitales.

Ocho horas diarias, 
20 años de buenos 
y leales servicios, 
2 jubilados, 
3 televisores, 
2 secretarias,
sí señor, no señor... 
sí señor. 

Total, si no lo hago yo 
lo hace otra. 
Además, 
¿quién se va a enterar?.

Un status, 
10 ejecutivos, 
20 por ciento, 
10 vencimientos, 
cinco gotas antes 
de cada comida.

Un ataque de nervios, 
2 discusiones, 
4 testigos, 
30 días de arresto.

Un arrepentimiento, 
10 mandamientos. 
No desearás a la mujer 
de tu prójimo... 
ni tu prójimo.

Una iglesia, 
una muchacha, 
2 anillos, 
3 hijos, 
4 créditos, 
5 embargos... 
¡seis tiros!

Uno más uno sos dos, 
así empezó esta cuestión.

El hombre es dios cuando sueña 
y esclavo cuando cuenta.

Las planillas y los documentos 
que se mueran, muchacha.

En la calle es primavera, 
el dinero no interesa,
viva la naturaleza.

¡Come hierba! 
Millones de vacas 
no pueden equivocarse.

Bien decía el hijo del carpintero de Belén: "Mira las aves del cielo: no siembran, ni siegan ni recogen en graneros, pero Dios las alimenta". "Aprende de ellas, no sirve tu inteligencia, porque ni un solo metro agregará a tu existencia", bien decía.

Llegamos al infierno, es decir, a Campo de Mayo, donde los que no pueden crear ya ni siquiera se consuelan con el poder.

La justicia se asoma a la Plaza de Mayo, que se enciende como en los viejos tiempos.

- "Te acordas, pibe".
- "Cómo no me voy a acordar, 
General. 
Eran otros tiempos".

Todo tiene su tiempo, cada cosa su lugar.

- "Pero siempre cada peronista con su sindicato".

- "Cada sindicato con su huelguista. Cada huelguista con su socialista. Cada socialista con su capitalista".

- "Y si no, cómo quieres que la hagan".

- "Cada capitalista con su empresa, cada empresario con su sicoanalista, cada sicoanalista con su siquiatra, cada siquiatra con su terapia, cada terapia con su religión, cada religión con su profeta, cada profeta con su cruz, cada cruz con su cura..."

- "...cada cura con su monja."

No sé porque le llaman cura si son la misma enfermedad.

"Cada monja con su asilo, cada asilo con su amargado, cada amargado con su tango, cada tango con su Soldán, cada Soldán con su Larrea. Cada Larrea con su familia, cada familia con sus principios, cada principio con su final, cada final con su recomenzar, cada recomenzar con su sueño, cada sueño con su libertad".

La libertad es una vieja que conocí en la bohemia, al lado de mucha gente y sin que nadie la viera.

Me dijo:

- "Tengo tres hijos: uno está crucificado, el otro de ha vuelto loco y el tercero no ha llegado".



ESTACIÓN DE LA VERDAD


Llegamos a la verdad, donde nos detendremos el menor tiempo posible para que no haya un suicidio en masa. En esta estación debo reconocer que estoy cansado de ser este que soy, un eterno rebelde que para confirmar su desubicación debutó cantando canciones de protesta con Nacha Guevara en Punta del Este...para evitar intermediarios.

Ahora volvió Nacha. Estuvo en el teatro el otro día. Me dice:

- ¿cómo te va?

- Y, más o menos. Yo nunca coincido con la historia. Fijate ahora que había llenado un montón de rabia y con eso había escrito unas canciones de protesta fantásticas, llegó la democracia y me arruinó.

Nacha me dice:

"Esperá, esperá, esperá, hay que darles tiempo, alguna macana van a hacer". Y si no seremos cantores de protesta desocupados o estaremos artisticamente desaparecidos. Ahora les tocará a nuestros padres ir a Plaza de Mayo a preguntar por nosotros.

Pero si yo supiera quien es mi padre.
 Le pregunté a mi madre y me dice:
- "¿Y qué se yo, loco?, 
había tanta gente."

De todas maneras dice mi madre:

- "Tu padre hizo lo mejor que podía hacer por nosotros: irse. Aunque no, no era tan inteligente como para irse, más bien que se perdió."

En realidad, si el final es la muerte, la única ciencia es sobrevivir y cada uno lo hace como puede. Maradona con los piés, Moria con las tetas. Borges con la cabeza y Rockefeller con el sudor de la gente".

Thank you.

Al fin y al cabo todos ejercemos la mendicidad de alguna manera. Salvo los hombres como Pedro Mendizábal, que al igual que la Madre Teresa tienen la libertad que solamente puede dar la pobreza. La pobreza que uno elije, por supuesto, no la que decide Martínez de Hoz.

[Canto]

Yo soy Pedro Mendizábal, pa' lo que guste mandar.
De lo que ve por acá, casi todo lo hice yo.
Desde la mesa del peón al techo del capataz.
Hice el cajón de mi padre y la cuna de mi hijo.
Alambré el campo de Rizo, pinté la casa de Elena
y ayudo a limpiar la escuela desde el año 35.
Aprendí lo suficiente pa' tener lo necesario,
el pan, el vino, el amor y la milonga que canto.

Hice el rancho donde siempre faltaba algo o alguien. La cama donde mi madre se murió sin una queja a pesar de la pobreza que ya traía en la sangre. A pesar que siempre dudé del cura y sus promesas le hice nueva la iglesia donde el pobre sueña el cielo para que el estanciero pueda señorear sobre la tierra. Hasta organicé la huelga que no trajo solución y que me tuvo en prisión por un tiempo bastante largo, pero de ese trago amargo ya no bebe mi corazón. No, señor.

Hice el muro de cemento que paró a la inundación y el banco de la estación donde mi mujer se sienta a esperar todas las siestas al hijo que no volvió. En el final de mi vida, tengo la cuenta muy clara, para los otros hice todo, pero para mí no hice nada.


Vamos cruzando por la vida 
en el tren de la muerte,
 viendo como el progreso 
acaba con la gente.


Por defender la libertad me quedé solo y tal vez ese sea el premio. O será porque hace tiempo aprendí que un lobo es una maravilla, pero muchos una jauría.

Solo, absolutamente solo, egipciamente solo como Sinué, bíblicamente solo como Job, oficialmente solo como el poder, políticamente solo como Alsogaray, naturalmente solo como Néustar. Si Néustar hubiera participado en el éxodo de Moisés lo habría hecho fracasar, porque hubiese estado a favor del faraón.

Es más, ya ni siquiera estoy prohibido, que para un cantor de mi calaña es una vergüenza.

Solo como Margaret Tatcher en Cosquin. Solo como Hitler en el Once. Bueno, solo dentro de lo posible, porque nadie puede estar absolutamente solo aunque lo quiera; hasta Ortega necesitó de Gasset.



ESTACIÓN DE LA NATURALEZA


Llegamos a la Naturaleza, aquí me detengo a descansar del intelecto y sus trampas. Nada como mi tierra. Perdón, mi Señor, tu tierra, porque esta es tu tierra, este es tu mundo, esta es tu vida. Lo necesario fue hecho por el Señor y con eso es suficiente. Recién ahora entiendo a aquellos beduinos del Negev, en Israel, que alguna vez me dijeron: "nosotros no trabajamos, porque pretender hacer algo es dudar que el Señor terminó la creación".

Parecido a un amigo mío, de aquí de Buenos Aires, Federico Manuel Peralta Ramos. Alguna vez le dijeron:

"Callate, Federico, vos sos un mantenido". Y Federico enojadísimo contestó:

- "No te permito, che. Yo no soy un mantenido: yo cobro sueldo de hijo".

Tal vez por algo parecido los Taraumara de la sierra Taraumara del chihuahua mexicano dicen:

- "Nosotros no usamos armas, porque si las armas fuesen necesarias habríamos nacido con ellas".

Y alguna vez en mi casa, quejándome delante de mi madre, ella me dijo:

- "Si mal no recuerdo cuando naciste estabas desnudo, así que hasta ese pantalón y esta camisa es ganancia".

Lo necesario fue hecho por el Señor y con eso es suficiente.

[Canto]

"No crezca mi niño, no crezca jamás, 
los grandes al mundo le hacen mucho mal.
El hombre ambiciona cada día más, 
y pierde el camino por querer volar.

Vuele bajo, porque abajo está la verdad.
Esto es algo que los hombres 
no aprenden jamás.

Por correr el hombre no puede pensar, 
que ni el mismo sabe para donde va.
Siga siendo niño y en paz dormirá, 
sin guerras ni máquinas de calcular.

Vuele bajo, porque abajo está la verdad.
Esto es algo que los hombres 
no aprenden jamás.

Diógenes cada vez que pasaba por el mercado se reía, porque decía que le hacía mucha gracia, y a la vez le hacía muy feliz, ver cuántas cosas había en el mercado que él no necesitaba.

Es decir que no es rico aquel que más tiene sino el que menos necesita. Es decir que mano ocupada es mano perdida. Es decir que el conquistador por cuidar su conquista se transforma en esclavo de lo que conquistó.

[Canto]

Dios quiera que el hombre 
pudiera volver a ser niño un día
para comprender 
que está equivocado 
si piensa encontrar
en una chequera la felicidad.

Vuele bajo, porque abajo está la verdad.
Esto es algo que los hombres 
no aprenden jamás.

Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos será el Reino de los Cielos, que, si se me permite, incluye la Tierra. Aunque los hombres no aprenden jamás.

Entramos en la última etapa del viaje y sería bueno hacer un balance del presente, a saber:

- El general Becerra quiere hacer algo por la patria y no encuentra mejor cosa que abandonar el país.

- El comisario Ortiz que odia la juventud se enamora de una rubia menor de edad. 

El comisario que sabe de gente perdida se pierde por esa rubia campeona del rock and roll.

(Ahí va la mujer que me gusta con el hombre que le gusta.)

Lo que no consiguieron los antiguos griegos ni el mismísimo Whitman lo consigue Alfonsín con solo un café y el encanto del poder: convencer a Borges que la democracia valía la pena.

- Celeste Carballo no deja de gritar... y tiene razón.

- Baglietto sigue llorando porque le da resultado como a Migret.

- Charly García se aplaude frente al espejo.

- Sandra se desangra.

- Espinetta no se entiende.

- Piero, manso y tranquilo y yo súper podrido.

En realidad no estoy súper podrido, pero era lo único que me rimaba con Piero, manso y tranquilo.



ESTACIÓN DE LA RECOLETA


Llegamos al cementerio de La Recoleta, aquí termina el viaje de los ricos, si es que queda alguno.  Aqui nos damos cuenta que no valia la pena haberse complicado tanto si solo estabamos de paso. Era tan simples, mi Señor: solo se trataba de vivir... así de facil. Es decir que fuera de esto lo demás eran pretextos, esfuerzos inutiles, como la Alianza Federal.



ESTACIÓN CHACARITA


Llegamos a la Chacarita, aquí termina el viaje de los pobres, si es que siguen vivos. A descansar, a devolver la nariz, la canción, las manos al Señor que me prestó la vida. La vida que nunca entendí, pero que de cualquier manera valía la pena. Valía la pena haber sido un hombre para que ella fuese una mujer.

[Canto]

De todas maneras valía la pena,
valía la pena de todas maneras.

Valía la pena escapar del pueblo. Perderme en el mundo, reencontrarme, volver y volverme a perder.

De todas maneras valía la pena,
valía la pena de todas maneras.

Valía la pena comprobar que los problemas no son necesarios, que se puede vivir sin ellos.

De todas maneras valía la pena,
valía la pena de todas maneras.

La Vida es hermosa, 
pese a tanta guerra

La Vida es hermosa, 
si podés no te la pierdas,
si podés no te la pierdas.



Ferrocabral
Facundo Cabral
1983